En diversas conversaciones con familias de niños y niñas en primera infancia, es claro que el proceso de elegir un colegio a veces se vuelve una tarea estresante, en especial, por las presiones sociales que reciben en cuanto a los criterios para dicha escogencia y respecto a los tiempos en que “deben hacerlo para que se vayan a quedar sin cupo”. Esto hace que se aceleren procesos para los niños y que se ponga su proceso emocional y cognitivo en un “segundo plano”, porque lo importante es tener un cupo asegurado en el colegio.
Vale la pena mencionar que la decisión de elegir un colegio debe ser muy consciente, teniendo en cuenta factores como: qué quieren los padres (no negociables), quién es y qué necesita el niño y otras variables de la vida práctica como distancias y costos. Sin embargo, hay otra pregunta importante para hacerse y es: ¿en qué momento pasar del jardín al cole?
Frente a esto, es importante hacerse preguntas que centren la mirada en el respeto por los ritmos y procesos de los niños y las niñas. ¿En qué etapa del desarrollo está? ¿Cuáles habilidades ha desarrollado? ¿Cuáles retos debe trabajar para que su tránsito al colegio sea más armonioso?
Hace poco, por ejemplo, me decía una familia que su hijo estaba muy capacitado cognitivamente para empezar el colegio, pues se sabía muchos datos como los números, los colores en inglés y español y hasta las banderas de varios países; sin embargo, les inquietaba que el niño aún no hablaba lo suficiente y que no controlaba esfínteres.
A este niño, sin duda, hay que darle un poco más de tiempo para lograr esas bases comunicativas y emocionales que harán que se sienta más seguro y tranquilo en su nueva etapa. Así como él, muchas familias deben tener inquietudes sobre cuáles son esas habilidades base que nos permiten evaluar si nuestro hijo ya está preparado para dar ese gran paso al colegio. Aquí se mencionan diez de ellas, para mirarlas a modo de guía:
- Reconocer los objetos personales y tener ciertas actitudes de responsabilidad y cuidado sobre ellos
- Tener habilidades motrices para abrir por sí mismo una lonchera, un termo, un recipiente
- Consumir alimentos sin ayuda, saber usar implementos para la alimentación
- Tener algunos niveles de autonomía para ir al baño
- Seguir instrucciones básicas, atender y escuchar al otro cuando le habla
- Permanecer en un lugar o en una tarea específica por ciertos periodos de tiempo
- Saber esperar y respetar turnos
- Comprender y reconocer el inicio y el final de una actividad, así como los momentos en una rutina determinada
- Contar con habilidades comunicativas básicas para expresarle a un adulto algo que le pasa o que siente, o pedir algo que quiere o necesita
- Tener algunas herramientas para tramitar conflictos con compañeritos de formas sanas o pacíficas
No quiere decir que un niño o niña tenga que cumplir con todo esto a cabalidad como si se estuviera haciendo una lista de chequeo. En tanto los ritmos de desarrollo son diferentes, habrá muchas habilidades que apenas se están empezando a desarrollar en algunos niños y que se afianzarán más en el colegio. Inclusive, para los niños con neurodesarrollos atípicos, esas conquistas se irán dando de maneras muy diversas y requerirán de tiempos más amplios y acompañamientos especializados.
Sin embargo, sí es valioso revisar a la luz de la lista anterior, en qué condiciones se encuentran nuestros hijos y cómo podemos acompañarlos dejándoles ser niños, permitiéndoles sus tiempos, sin ponerles «el acelerador”..
(Escrito por: Alejandra Pineda Arango, directora Jardín Infantil Pelusa, autora del libro Colegios que abren las alas).